La Défi Wind es una prueba que hay que vivir alguna vez porque es única y esta vez fuimos como unos aficionados más. Parecía bastante claro que la tramontana había decidido no presentarse este año en Gruissan. Sin embargo, muchos participantes hicieron igualmente el viaje, ya que participaron 1200 dorsales de los 1400 que se habían vendido. El estado de ánimo positivo de la abrumadora mayoría de los participantes fue agradable de ver y para muchos de ellos, estar allí con cientos de otros windsurfers ya era suficiente para justificar su presencia y pasarlo muy bien. Algunos fueron a navegar a La Ganguise o La Nautique, los mejores spots para la dirección del viento esperada ese fin de semana y cuando volvieron no pudieron disimular su alegría al encontrar el ambiente típico de la Défi Wind. La gente de la organización lo dio todo para conseguir ese estado de bienvenida, generosidad y compañerismo absolutamente ejemplar. La famosa ronda de “warm up” lanzada el martes por la tarde con tramuntana también ilustra la filosofía del equipo Défi Wind. 

En el nivel deportivo, se ha hablado mucho de foil esta semana en Gruissan. Es cierto que esta es la tendencia y era lo que se podía ver en los stands.

El tiempo fue bueno y se pudieron hacer algunas regatas que resultaron muy divertidas.  Julien Bontemps dominó todas las carreras e incluso se permitió el lujo de batir a las tablas de slalom en la divertida carrera abierta a todos del domingo. Una prueba de que el papel del foil es importante y permite actuaciones cada vez mejores con vientos flojos y medios. 

Larga vida a la Défi Wind!